El término “temperatura de color” especifica el grado de frialdad o calidez del tono de cualquier luz. Es un concepto fundamental en disciplinas visuales como la fotografía y el cine y, por supuesto, también en el campo de la iluminación. 

La unidad que mide la temperatura de color es el kelvin, y se refiere al tono de la luz que irradiaría un cuerpo ideal cuando alcanzase diferentes niveles de calor. En contra de la intuición, una temperatura de color más elevada designa un tono de luz más frío y viceversa. En el ámbito de la luminotecnia, la temperatura de color de las bombillas suele oscilar entre los 2700 K y los 6500 K.

 

La denominación de las diversas temperaturas de color no es uniforme, y cambia según el criterio de cada fabricante de lámparas. La escala que seguimos en Ledsolintel es la siguiente:

 

Muy cálido

<3000 K

Cálido

3000 K

Natural

4000-5000 K

Frío

6000 K

Muy frío

>6000 K

  

 

Usos de cada tono 

BLANCO MUY CÁLIDO (<3000 K)

Tonos que se acercan a la gama de amarillos y anaranjados. Si se compara con otras bombillas con la misma potencia, las de luz muy cálida suelen ser menos luminosas que las otras.

Al tener un color más definido, las bombillas muy cálidas suelen cumplir funciones más específicas que otros tonos de luz más blancos:

Un uso habitual de la luz muy cálida es la creación de atmósferas tenues, instalando lámparas de baja potencia o regulables. Esto es adecuado para espacios que transmitan un aire étnico, exótico o misterioso, ya sea un bar de copas, un salón de té o un área de meditación.

Las bombillas muy cálidas complementan especialmente bien las decoraciones rústicas o tradicionales. Una hilera de dicroicas 2700 K, por ejemplo, es perfecta para iluminar estancias decoradas con madera de roble, de castaño o de nogal, ya que combinan una luz muy intensa con un aspecto general de recogimiento y calidez.

 

BLANCO CÁLIDO (~3000 K)

Gracias a su tono versátil y acogedor, el blanco cálido es la temperatura de luz más habitual en los hogares. Es una luz poco penetrante, más difusa que la fría, y crea una sensación tranquilizadora.

El blanco cálido combina bien con maderas claras y paredes de colores suaves de la gama de ocres, blancos, rosas o amarillos. Suele utilizarse para la iluminación general de dormitorios y de salones, tanto con el uso de plafones como de lámparas. También es frecuente la instalación de bombillas cálidas en apliques, flexos o lámparas de pie para zonas de lectura.

En ámbitos profesionales y comerciales, la luz cálida transmite cercanía y comodidad a los clientes, y les motiva a permanecer más tiempo en las tiendas, con lo que puede acabar traducido en un aumento de ventas.

 

BLANCO NATURAL (4000-5000 K) 

La luz natural es un tono neutro parecido la luz solar. Es un tono muy versátil adecuado para casi cualquier ambiente, aunque tiene una personalidad menos específica que las otras tonalidades.

El blanco natural es bueno para hogares donde se busque una luz más intensa que la cálida renunciar al tono acogedor. Es especialmente adecuada a la hora de crear ambientes claros que resalten los colores naturales de los materiales del mobiliario y la pintura. Gracias a su color transparente, es una buena opción para lugares donde se busque transmitir limpieza, como los cuartos de baño.

El blanco natural suele ser la temperatura que menos afecta a los colores de la estancia. En comercios de lujo, desde tiendas de ropa hasta joyerías y concesionarios, se utilizan frecuentemente lámparas de tono natural, alta potencia y elevado CRI, como lámparas AR111 o focos de carril. Las pantallas y los tubos LED de luz natural ofrecen una luminosidad que favorece la concentración, lo que las hace idóneas para escuelas y oficinas. 

 

BLANCO FRÍO (~5000 K)

El blanco frío tiene tonos azulados y ofrece una luz penetrante, que resalta los contornos y ofrece un efecto de dinamismo y claridad más pronunciados.

En el entorno doméstico, el blanco frío suele combinarse decoraciones blancas, negras y grises, y se lleva bien con los metales. Funciona bien en cuartos de baño decorados con colores fríos y en para zonas de estudio y de trabajo donde prime la intensidad y definición de la luz.

El blanco frío tiene un uso más extendido en espacios industriales, tanto en naves y almacenes como oficinas y despachos, ya que, consumiendo la misma energía, genera más luminosidad. Por esta misma razón, es un tono óptimo para proyectores y luminarias de alta potencia.

En cuanto al uso comercial, es bueno para espacios decorados con estilos industriales o minimalistas y en negocios que pretendan transmitir ideas de agudeza, seguridad o agresividad.